Mitos Sobre La Lactancia Materna

Para esta edición tenemos la segunda entrega de nuestra entrevista con Paula Andrea Osorio creadora de la cuenta de Instagram @poder.materno, en donde abordaremos los mitos y falsas creencias más frecuentes sobre la lactancia materna.
Mito 1: La leche materna no es tan nutritiva como la leche de fórmula. Es importante que tengamos clara una característica esencial de la leche materna para derribar este mito: El tiempo en que un bebé tarda en digerir la leche materna es de treinta a noventa minutos. La creencia que acompaña de la mano a este mito es aquella que asegura que un bebé debe comer cada tres horas, pero como vemos, al cabo de una hora y media un bebé alimentado con leche materna ya ha hecho digestión y debe ser alimentado nuevamente. Un lapso de tiempo entre comidas de tres horas produce mucha hambre en un bebé, el cuál va a manifestar un comportamiento que hará que la madre piense que su leche no está siendo nutritiva. En la medida en que alimentemos al bebé en el tiempo adecuado y en la cantidad que él mismo demande, podremos estar seguras que nuestra leche está alimentando al bebé y solo tendremos que revisar al detalle sus comportamientos, evacuaciones, etc. Este es uno de los mitos que más desconfianza crea en las mujeres y que lastimosamente ha dado una carga muy negativa a la lactancia materna.

Mito 2: Los bebés nacen con el estómago lleno y no es necesario alimentarlos constantemente. No, esto no es verdad. Un bebé recién nacido no nace lleno; realmente lo que contiene su estómago es el conocido meconio, que es aquella sustancia que ha almacenado durante el embarazo y que se eliminará de manera natural a través de las evacuaciones. De hecho el efecto laxante del calostro de leche materna, permite que el meconio se elimine fácilmente. Por ello, es fundamental que un bebé recién nacido se alimente en lo posible durante la primera hora posterior al parto y de allí en adelante cada hora y media. Creer que un bebé nace lleno es muy peligroso y pone en riesgo su salud, ya que una alimentación con lapsos de tiempo inadecuados, genera bajos niveles de azúcar que pueden ocasionar graves problemas en el organismo del bebé.
Mito 3: Un bebé con ictericia solo debe tomar leche de fórmula. La ictericia es un problema real y muchos de nuestros bebés nacen con sus niveles de bilirrubina altos. Si este llega a ser nuestro caso, lo que debemos hacer es alimentar con leche materna al bebé en un lapso de tiempo entre comidas de una hora. El calostro hará que el bebé elimine la bilirrubina por medio de las heces fecales. En el hospital generalmente nos recomiendan darle leche de fórmula al bebé porque esta leche hace que tenga deposiciones constantes y elimine la bilirrubina rápidamente. Hay otros casos en los que un bebé puede tener un color amarillo en su piel pero no quiere decir que tenga la bilirrubina alta, muchos médicos suponen que es así y recomiendan leche de fórmula para el recién nacido inmediatamente. Como vemos, en cualquier caso, la lactancia materna se puede llevar a cabo y tendrá beneficios en el bebé, solo necesitamos tener la información necesaria y hacer lo que cómo madres sabemos que es adecuado.

Mito 4: Existen remedios naturales para la producción de leche materna. La leche materna se produce de manera natural y aumenta su cantidad a medida que el bebé va consumiéndola constantemente y succionando el pezón de la madre. La única razón por la que una mujer no puede producir leche es porque existe una condición de salud específica que la afecta. Los remedios naturales en sí, causan un efecto placebo que fortalecen la confianza de la madre lactante y por ende su producción de leche mejora, lo cual es perfecto desde mi punto de vista. Sin embargo, es importante estar al tanto de cómo un sobre consumo de un remedio natural puede ser perjudicial para la salud de la madre y del bebé, como es el caso del té de hinojo. La búsqueda de remedios naturales por lo general responde a la falsa creencia de que la leche materna se “seca”. A partir de esta creencia surgen muchos mitos, como aquel que supone que la leche materna dejará de producirse si un babero que tiene una mancha de leche se expone al sol, pero como vemos nada de esto es cierto.
Mito 5: Las molestias que producen ciertos alimentos se pueden transferir al bebé por medio de la leche materna. Los nutrientes que absorbemos de los alimentos que ingerimos, son transmitidos al bebé a través de la leche materna, ya que esta se produce a partir de los componentes de nuestra sangre. Es verdad que existen algunos alimentos que hacen que el sabor de la leche varíe, como es el caso del ajo o del melón, pero esto no es algo negativo, de hecho es un proceso que permitirá que el bebé tenga una buena adaptación cuándo llegue el momento de la alimentación complementaria. Ahora, no es del todo cierto que las molestias que nos generen ciertos alimentos se transmitan al bebé a través de la leche materna. Por ejemplo, comer granos no le va a producir gases al bebé. Sin embargo, si debemos tener especial cuidado con los alimentos alergénicos, tales como gluten, frutos secos, mariscos, trigo, pescado, soya, huevo y leche, ya la alergia que cualquiera de estos alimentos produce en la madre se puede llegar a transmitir al bebé.
Mito 6: La madre lactante debe eliminar los lácteos de su dieta. Debemos tener claro lo siguiente: tanto la leche materna como la leche de vaca contienen lactosa, pero las proteínas que cada una contienen son totalmente diferentes. Algunos bebés son alérgicos a la proteína de la leche de vaca y lo que se recomienda en este caso, es que la madre lactante haga una dieta especial donde no consuma ningún producto derivado de leche de vaca. Muchas madres se confunden y creen que la alergia a la proteína de la leche de vaca representa una alergia a la lactosa de la leche materna, pero como vemos, el problema radica en la proteína que contiene la leche de vaca y no en la lactosa cómo tal.
Mito 7: Una mujer con implantes mamarios no puede lactar a su bebé. No es cierto, una mujer con implantes mamarios puede lactar a su bebé sin ningún problema. En caso de que no pueda hacerlo, debe revisar la existencia de alguna situación que pueda ocasionar su baja producción de leche, como por ejemplo, una mala intervención quirúrgica o problemas de salud previos tales como padecimientos en las glándulas mamarias, ovario poliquístico o afecciones producidas por una alta pérdida de sangre en el parto.
Esperamos que una vez más, este artículo sirva como apoyo para nuestros lectores que se encuentran en este proceso con sus bebés recién nacidos. En nuestra próxima edición tendremos la última entrega de esta serie. Recuerden que pueden seguir a Paula en su cuenta de Instagram.