Hoy quiero dedicar mi artículo a una de las tradiciones más bellas de la Navidad: Los belenes del nacimiento del Niño Jesús. Esta tradición data del siglo XVIII cuándo en el reinado de Carlos III en Nápoles, Italia, se construyeron los primeros belenes de Navidad. Estas maquetas se caracterizaron por los detalles en la escenografía, las figuras y especialmente, por una representación del nacimiento de Jesús ambientado en el conocido caos napolitano. Esta tradición que se expandió alrededor del mundo, ha sido reconocida por ser una expresión cultural de la vida sencilla de los napolitanos, dando fama a Nápoles como la ciudad de los belenes.

Hoy en día muchas familias conservan esta tradición navideña, construyendo el belén según su imaginación y creatividad. La mayoría de belenes se componen de casas, caminos, ríos, montañas, luces, figuras de personas, animales, las representaciones de los Tres Reyes Magos y los caminos que los conducen al establo dónde nacerá el Niño y muchos elementos representativos de cada cultura local. Pero hay algo que no puede faltar: un humilde establo con las representaciones de José, María y una cuna dónde se pondrá al Niño Jesús el 24 de Diciembre, fecha de su nacimiento.
Esta es una de las tradiciones más importantes para la mayoría de las familias latinoamericanas, quienes año tras año desempolvan las cajas donde guardan todos los elementos navideños para montar sus belenes, nacimientos o pesebres junto al Árbol de Navidad. Este sin duda es un hermoso evento que reúne a niños y adultos, manteniendo el espíritu de unión familiar característico de la Navidad.
¡Feliz Navidad a todos!